IGLESIA APOSTÓLICA PROFÉTICA DE JESUCRISTO

 

Señoras (Dorcas)

 

 Dorcas es el nombre con el cual se nos denomina y conoce a las damas, de cualquier edad, que componemos la población femenil de la Iglesia Apostólica Profética de  Jesucristo, las mismas que desde el principio de la obra de Dios han sido y son un importantísimo factor en el desarrollo integral de la familia y por consiguiente de la iglesia del Señor y de la sociedad en general. El Departamento femenil de las Dorcas, por la gracia de Dios está compuesto por:

o   Directora

o   Secretaria

o   Tesorera

 

“POR LA IGLESIA, EL HOGAR Y LA COLECTIVIDAD”

 

“Pero esforzaos vosotras, y no desfallezcan vuestras manos, pues hay recompensa para vuestra obra”.
                           2da. De Crónicas 15.7

El nombre de la mujer era Tabita. Dorcas es una traducción hebrea. Tabita, en griego, significa «gacela». Esta mujer abundaba en buenas obras y en Limosnas que hacía. Esta costumbre ha sido imitada más adelante y en la Iglesia Cristiana de nues-tros tiempos incluso su nombre ha presidido el de Sociedades de Señoras.

La Iglesia ha mostrado en innumerables ocasiones este espíritu de amor hacia los pobres, especialmente en el pasado cuando no había la menor forma de auxilio social de entidades seculares o de las autoridades. Tabita puso en acción las palabras de Jesús: «Estuve desnudo y me cubristeis.» Originó un movimiento de amor que ha perdurado durante 19 siglos. La Iglesia Cristiana ha mitigado infinitos sufrimientos. En tiempos pasados y en países no cristianos, la suerte de los humildes fue siempre cruel e inmisericorde.

Tabita es una expresión del amor cristiano transformado en hechos. Apela a la acción de las mujeres que, por su edad, o su posición, o circunstancias, no tienen ninguna otra vocación específica. Nos enseña que la pobreza puede ser mitigada efectivamente en el nombre de Jesús.

La Sociedad Femenil "Dorcas" es un ministerio cuyo propósito es unir a todas las mujeres de la iglesia en un compañerismo que les ayude a crecer en su devoción personal al Señor y Salvador Jesucristo en un compromiso total a la misión de la iglesia por medio de la adoración, el servicio y el testimonio en todas las áreas de sus vidas tanto en el hogar, la comunidad y el mundo.